En el problema o dilema de hacer el bien o el mal, lo correcto o lo erróneo, la decisión que toma una persona, generalmente afecta a otra u otras personas, que sufrirán las consecuencias de su decisión, su acción u omisión.
En estos casos puede decirse que la persona se comporta moralmente, cuando en su comportamiento podemos encontrar rasgos característicos que lo distinguen de otras formas de comportamiento o conducta humana. Se trata de un comportamiento que surge de una decisión que se toma reflexionando, que tiene en cuenta normas establecidas, que es capaz de ser defendido con argumentaciones o razones que pueden justificar la decisión elegida y, por tanto, no es un comportamiento que surge de algo espontáneo.
En general se suele decir que entre dos menores no es moralmente correcto o aceptable mantener relaciones sexuales debido a que aun no tienen los suficientes conocimientos ni la capacidad de poder decidir en lo que está bien o mal sin llegar a tomar decisiones equivocadas. Por ello se dice también que la mayoría de los adolescentes a esa edad están despertando a la sexualidad y el realizar este acto sería fruto de la espontaneidad.
Pero en mi opinión hay menores y menores… dentro de cualquier generalidad siempre se encuentran las excepciones. Por un lado es sabido que hay menores que hacen las cosas sin tener ‘cabeza’ y solo por el mero hecho de divertirse, entretenerse o simplemente por probar cosas nuevas sin tener que esperar hasta la mayoría de edad, pero por otro lado y dentro de este ámbito también hay excepciones ya que hay menores que pueden ser incluso más maduros que un adulto con mayoría de edad y pueden perfectamente tomar decisiones en las que plantean si está el bien o el mal, y en general se suele hacer guiándose por los sentimientos, y teniendo una justificación o razones de la decisión elegida.
En cambio el mantener relaciones sexuales entre un menor y un mayor, dentro de la moralidad no sería aceptable ya que como bien he dicho antes, en el adulto si que se ha podido experimentar un comportamiento fruto de la reflexión, pero a estas edades los adolescentes despiertan su sexualidad y su deseo por conocer, experimentar y saber y por lo tanto pueden ser engañados o presa fácil de perversiones. No deben involucrarse las personas mayores con adolescentes simplemente porque no comparten los mismos intereses, ni aficiones, siempre habrá conflictos y diferencias.
Definitivamente no es aceptable, ni moral ni legalmente, porque en algunos países como México etc. es un delito penal el mantener relaciones sexuales entre un menor y un mayor de edad.
