viernes, 20 de mayo de 2011

Nuestras clases de Filosofía.

Ninguno de nosotros nos habíamos parado a pensar en que podría consistir exactamente la asignatura de Filosofía ya que desde un principio lo que nos suelen contar es que lo único que vamos a hacer es a estudiar autores y que por lo tanto no es una materia muy interesante o divertida.
Pues bien, al ser algo nuevo de este curso lo primero que debo decir es que me ha sorprendido increíblemente todo lo que hemos podido llegar a aprender e interiorizar en estos 9 meses.
Los alumnos solemos decir que una clase es buena o mala en función de lo que aprendamos, de cómo sea el profesor de estricto con nosotros etc. En mi opinión, para que una clase sea buena y vaya bien, es necesario que haya una buena comunicación entre profesor y alumnos, y también por supuesto una gran colaboración de estos últimos, con lo que debo de decir que estos hechos los estamos apreciando nosotros en primera persona en nuestras clases.
Tengo que destacar que para el buen funcionamiento de una clase es muy importante la postura que tenga el profesor ante ella , ya que él es el que lleva las riendas de cualquier situación, y lo que está claro es que aprender depende de todos pero si tenemos algo o en este caso a alguien que nos lo facilite conseguimos poner más interés.
Al igual, pienso que también hay que decir que  la labor del profesor es muy dura y no es una tarea para nada fácil, ya que no todo el mundo sabe sobrellevar bien las situaciones ya sea porque se desesperen rápido o porque tengan demasiada paciencia y consientan cosas que no son lógicas.
Por lo tanto el buen profesor es aquel que tiene siempre el término medio, que hace las clases más amenas, el que se hace respetar pero que también nos aporta algo de confianza y sobre todo el que nos hace APRENDER cada día algo nuevo y nos ayuda a ponerlo en práctica en nuestras vidas diaria, en este caso , nuestro profesor de Filosofía.

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